La Argentina vive la peor crisis económica de su historia, con mas de la mitad de la población por debajo de la línea de pobreza, niveles desconocidos de marginación laboral, quiebra del aparato productivo, cesación de pagos externa y colapso del sistema financiero. Ha dejado de ser el alumno modelo del FMI y el ejemplo a seguir por otras naciones en desarrollo para convertirse en la peor experiencia del periodo de posguerra. Es mas, muchos argentinos dudamos poder salir de este abismo que no parece tener fin, al que nos condujeron en forma progresiva los gobiernos que se sucedieron en las últimas décadas.
La Argentina enfrenta la crisis económica mas importante de su historia, caracterizada por serios desequilibrios internos (recesión y déficit fiscal) y externos (insolvencia y falta de liquidez) que comprometen seriamente su futuro. Si bien la crisis comenzó en la primavera del 98 alimentada por factores externos de carácter financiero no deben confundirse sus circunstancias detonantes con sus causas profundas.
Cuando se hablaba años atrás de instalar la convertibilidad en la Argentina, muchos se oponían. Hoy en día, muchos se oponen a terminar con ella y pasar a un sistema de libre flotación cambiaria.
A mediados de 1999 los inversores y empresarios analizaban con preocupación el sostenimiento a ultranza de la paridad 1 peso 1 dólar por parte de los políticos con aspiraciones a la presidencia de la nación. Por esa época, el tema de debate era saber quién y como haría para sacar a la Argentina de la convertibilidad.