2.1. Examinando el problema de la participación
La historia de Buenos Aires la muestra como foco de grandes cambios sociales y políticos a través de la historia Argentina. Parte de esto se puede racionalizar debido a que es la capital estatal, democrática y económica del país; sede administrativa del gobierno central y concentradora de los poderes económicos y judiciales de la nación. Pero, otra gran parte, se le puede atribuir a la génesis y desarrollo de la sociedad porteña actual, donde convive un crisol de orígenes muy diversos entre ciudadanos. Así, tenemos parte de la población descendiente de europeos de las distintas inmigraciones, personas de países limítrofes e inmigrantes “recientes” como los provenientes de países africanos, naciones asiáticas y otros. Esta sociedad de diferentes, pero a la vez de iguales, fue modelando a lo largo del siglo XX una idiosincrasia particular que se vio abonada por un marco cultural vanguardista y progresista. Esta rara mezcla de razas, ideologías y cultura, hicieron de Buenos Aires una polis urbana muy dinámica en toda Latinoamérica, siempre ávida de buscar su propia identidad.
A la década perdida (los 80 ?s) le siguió una década signada por la desvalorización del aspecto social, la instauración de las pobreza estructural en AMBA, el desempleo y la falta de visión de futuro. Al igual que como se fue dando en otras partes de AL, los ciudadanos porteños fueron perdiendo la credibilidad y confianza en la política, más aún en los gobiernos. Esto se afianzo en parte, por un ideal prevalente de gobernanza que excluía a los ciudadanos de la toma de decisiones decisiones y encofraba los destinos del país en pocos actores de poder, y por otro lado, se vio abonado por innumerable hechos de corrupción.
Sobrevino sobre Argentina, dos periodos claves para terminar de moldear la idiosincrasia particular de CABA hoy en día:
- Primero, la crisis de 2001 , tuvo como punto central de eclosión social a Buenos Aires, potenciando la visión exclusionista y oscura de la clase gobernante para los porteños La clase gobernante como detallamos en la Introducción, había perdido el respeto y confianza de los ciudadanos argentinos desde el retorno de la democracia. Esta impresión se acentuó en la década de los 90s de la mano de numerosos hechos de corrupción, desidia y empeoramiento de la situación socioeconómica de los habitantes.
. Esto termino por ocasionar la crisis institucional y política más importante de la historia argentina y la proliferación de ideas-acción como: “Que se vayan todos”, “Cacerolazos”, “movimientos barriales”, “piqueteros”. Por primera vez, la sociedad argentina (y con epicentro en CABA), se expresaba sin
intermediarios. Este rasgo aun se preserva en la actualidad.
- Segundo, la gestión kirchnerista (Néstor y Cristina Kirchner), se caracterizó por una fuerte revalorización de los derechos humanos, civiles y políticos de los ciudadanos (aunque no logro revertir la desconfianza popular en torno a hechos de corrupción) y un espectacular crecimiento económico. Aunque, nobleza obliga, poco acciono por la lucha anticorrupción o promoción de las nuevas tecnologías. En la última etapa del gobierno de CFK, se avanzó hacia un Plan Digital de Inclusión: “Conectar Igualdad” pero el mismo se focaliza al cierre de la brecha digital principalmente en torno a la provisión de netbooks y capacitación a alumnos de los niveles medios y primarios. El mismo no aborda el problema desde un punto de vista más amplio. http://www.conectarigualdad.gob.ar/
Las características sociales señaladas junto a estas dos etapas históricas, revivieron la dormida participación ciudadana, donde los porteños reclamaron y se manifestaron a favor de la renovación política (que de alguna manera traslucía lo que anticipábamos en términos de un nuevo modelo de gobernanza participativa), la inclusión social, el derecho a participar en la toma de decisiones y el ideal anti- corrupción. Tal pensamiento se apalanco en un gobierno nacional que supo leer el nuevo contexto social y fue promotor de la inclusión. El proceso continua para los porteños con la sanción de la Ley de Comunas en 2007 y la elección de autoridades comunales en el presente año.
Fuente: Elaboración Propia
2.2. El hecho de participar
Siguiendo a Saba y Bhomer (2000), podemos decir que existen dos razones comúnmente aceptadas en la literatura para la idea de la inclusión de un elemento participativo en las agendas democráticas. Por un lado, la toma de conciencia por parte de la ciudadanía de que la democracia por sí misma no colmará las expectativas en que en ella se depositan, a menos que los ciudadanos asuman ciertas responsabilidades De todas maneras, es cierto que no todas las personas entienden la participación política de la misma manera, sobre este punto es necesario educar a la población e incentivarla para que vean las ventajas que traerá su participación como ciudadano en el debate sobre los procesos democráticos. Saba y Bömher, 2000.
. Por otro lado, el desprestigio de los dirigentes políticos en la mayor parte de los países con democracias incipientes como consecuencia de numerosos casos de corrupción e ineficiencia en la gestión gubernamental, provocando de parte de la ciudadanía mayores demandas respecto del control y responsabilidad política (comúnmente llamado como “accountability”).
La participación ciudadana se refiere a diversas acciones y prácticas que pueden realizar los individuos, las cuales van más allá de la responsabilidad básica de elegir a sus gobernantes mediante el proceso electoral.
Según lo expresan Saba y Bhomer (2000), en Argentina (y en general en Latinoamérica) la participación ciudadana se asocia a dos tipos de actividades. Por un lado, la participación que hacen las personas en organizaciones no gubernamentales que actúan ante el poder político (especialmente poderes ejecutivos y legislativos) ejerciendo presión para que se tengan en consideración intereses particulares específicos (como por ejemplo los derechos de la mujer, de los niños, o de las minorías, la conservación del medio ambiente, etc.). Por otro lado, se han comenzado a generar espacios para que la ciudadanía se haga escuchar participando en el proceso de toma de decisiones de los gobiernos en un sentido formal e institucionalizado, teniendo a veces la oportunidad de tomar decisiones colectivamente, sin ningún tipo de intermediación. Este segundo esquema es el de, por ejemplo, las audiencias públicas, el referéndum popular, la revocatoria de mandatos, el plebiscito, iniciativa popular, etc.
Es decir que, mientras la primera metodología de participación se ubicaría como una actividad de lobby de las organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil, en la segunda alternativa el proceso involucra la toma de decisiones de manera directa por parte de la sociedad en su conjunto.
Los dos esquemas descriptos tienen sus ventajas para la toma de decisiones en diferentes circunstancias, pero también presentan inconvenientes sobre distintos aspectos. Por un lado, sobre la primera metodología, no todos los actores tienen el pleno conocimiento de las organizaciones gubernamentales en que podrían reclamar por sus derechos o convicciones, así como muchas veces no disponen del tiempo suficiente para la participación, dicha participación les resulta costosa o tienen dudas sobre la eficacia o los fines que persiga la organización. Respecto a la segunda forma de participación ciudadana, debe reconocerse que esta práctica se utiliza casi de modo excepcional y resulta muy costoso y engorroso el proceso de formalización de una iniciativa de este tipo. Por todo esto, es en este marco que una propuesta de participación ciudadana no vinculante a través del uso de páginas webs en donde se reflejen los problemas y la agenda de políticas pensada para la comuna en que habita cada individuo, puede resultar en una forma innovadora de incitación de la participación ciudadana. Esta metodología posee muy bajo costo en términos de tiempo y costos, los cuales podrían ser más que compensados con los beneficios para la comuna si el proceso comunicativo y de ejecución se realiza de manera responsable y eficiente. Tampoco es una actividad que sólo pueda realizarse de manera esporádica o eventual ante determinados aspectos sobre los cuales se decida escuchar a los vecinos, sino que mediante el uso de las herramientas digitales disponibles en la actualidad se posibilita que la agenda de temas sea dinámica y que de esta manera el proceso democrático de decisiones sea reforzado día a día, en la medida en que más vecinos se incorporen al proceso de discusión de los temas que atañen a su comuna.
Pero pese a esta exigencia social descentralizadora, la participación como proceso democrático es un hecho eventual y poco habitual en CABA, circunscripto a fechas eleccionarias y un grupo de actores o movimientos sociales reducidos. Esto quiere decir que la ciudadanía expreso y expresa su necesidad de participación esporádicamente (en el tiempo y en espacios determinados), pero no lo ha incorporado como un hábito democrático.
Fig. Árbol: Problema, causas y consecuencias
2.3. Causas del problema
i.Bajo compromiso de la ciudadanía porteña en participar políticamente: Este es un rasgo que se ha ido instalando en la Ciudad Autónoma desde la consolidación de la democracia, y el mismo se centra en factores socioeconómicos como:
I. Los mecanismos de participación ciudadana con que cuenta el GCBA en la actualidad (tanto por la vía de la participación en ONG`s como por la acción directa de la sociedad) resultan insuficientes e inadecuados en el contexto de mutación de las democracias, donde se acrecienta la demanda de participación ciudadana.
II. No obstante, la baja participación ciudadana no sólo tiene que ver con una escasa oferta participativa, sino también con deficiencias de los individuos en su rol de ejercer sus deberes y derechos de ciudadano. De esta manera, puede observarse un bajo compromiso de los porteños, los cuales en general no perciben beneficios por su participación y ponderan mayormente los altos costos que para éstos implica la participación política de manera activa.
III. Por otro lado, el descreimiento generalizado encuentra sus causas también en que las políticas aplicadas por los gobiernos no inspiran confianza en los ciudadanos, sino que han tendido a preservar en muchos casos las desigualdades territoriales y sociales que la ciudad posee, resultando en prácticas ineficientes y con pocos rasgos del pluralismo por los que hoy en día se propugnan.
ii. Bajo beneficio de participar políticamente en las decisiones de la ciudad: Los ciudadanos no derivan beneficio de participar en la toma de decisiones públicas, debido a que perciben como poco vinculantes sus opiniones, ideas y/o decisiones reveladas respecto del curso de acción que finalmente toman las decisiones públicas. Esta percepción se asienta en que los consensos, debates y conclusiones que se exhiben en los actuales instrumentos de participación son ignorados posteriormente por los decisores públicos del GCBA. En este punto, posiblemente, las redes sociales hayan tenido también injerencia en crear esta perspectiva de una clase dirigente que da la espalda a la opinión de los vecinos, debido a que el mecanismo 2.0 de intercambio social tiende a reproducir y amplificar las opiniones de protesta.
iii. Alto costo de participar políticamente en las decisiones de la ciudad: Los actuales instrumentos de participación política (Presupuesto participativo, Pre consejos consultivos, Audiencias públicas, Nuevas tecnologías) de la ciudad en general requieren del ciudadano: tiempo, esfuerzo y voluntad. Costos en términos de tiempo: asociados a la disponibilidad de tiempo dedicado al debate y discusión en los órganos participativos. Costos en términos de esfuerzo: referidos al esfuerzo de movilizarse hasta los lugares donde funcionan dichas instituciones y/o en el mejor de los casos, involucrarse con instrumentos de nuevas tecnologías que son poco atractivos e interactivos con los individuos.
Estos últimos dos puntos conforman, desde un punto de vista economicista, la ecuación que los ciudadanos obtienen como beneficio Neto de la Participación Política (BNPP)*. Y dado lo expuesto en 2.1 y 2.2, podríamos aproximar este resultado como negativo en la coyuntura de causas descriptas anteriormente.
*Podríamos estructurarlo como: BNPP= BPP – CPP Donde:
BPP: beneficio de participar políticament
2.4. Las consecuencias del problema
.
i. Baja confianza en las políticas públicas: al partir el diseño de las PP desde claustros excluyentes del poder público, sin conexión o colaboracionismo con los ciudadanos o entidades de la sociedad civil, el valor social de la políticas se ve cercenado desde que los individuos no depositan su confianza en ellas por el modo en que son concebidas En este punto volvemos a recalcar que tal forma de generación de decisiones públicas no se adapta a la nueva demanda de gobernanza que requieren los ciudadanos.
. Además esta idea de recelo a la gestión de PP se ve abonada como extensión de la desconfianza que se tiene de ciertos partidos políticos y/o figuras públicas partidarias que se vieron identificado a lo largo de la década de los 90 y 2000 con hechos de corrupción, algunos de gran impacto mediático.
ii. Preservación de desigualdades sociales y territoriales: Políticas públicas emanadas desde esferas sin conocimiento de lugar y circunstancias devinieron en una preservación de las asimetrías barriales/zonales de la CABA. A su vez, los sucesivos poderes centrales que dirigieron los destinos de la ciudad (en su etapa autónoma y pre-autónoma) no han tenido una política de estado de inclusión y disminución de esta brecha social.
iii.Baja eficiencia asignativa y redistributiva de las políticas públicas
iv. Políticas poco incluyentes y pluralistas
2.5. ¿Quiénes ganan y quienes pierden con este proyecto de participación digital?
El nuevo paradigma de gobernanza sobre el cual nos queremos apoyar concibe a la democracia como participativa y deliberativa, donde la conjunción de ideas, opiniones y debate entre los actores sociales, legitiman la gobernabilidad. De modo que deberemos tener como norte del proceso democrático la incorporación de la ciudadanía a la toma de decisiones públicas como así también su involucramiento en los procesos de control. La interacción entre sociedad y Estado, a través de la innovación es el desafío de las nuevas democracias latinas. Pero, ¿entre que actores identificables se plantea este “dialogo ciudadano”? Trataremos de identificarlos y entender sus posibles posturas (Tales trataran de recoger los posibles comportamientos agregados, descartando que las motivaciones y actitudes a nivel de individuo podrían ser diferentes.):
a) Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: Era el poder constituido hasta la actualidad, que centralizaba las decisiones desde 1996, en torno a la política presupuestaria y asignación de gastos con una mínima participación ciudadana a través de instrumentos poco inclusivos y de uso poco extensivo. La actual gestión del PRO (2007 en adelante) avanzó en torno a la e-administración que redundó en una mejor eficiencia administrativa y disminución del gasto operativo general. Pero en torno a la e-democracia, o e-gobierno, hay suficiente evidencia empírica que tales ejes no han sido explotados y pareciera que tampoco hay planes estratégicos en este sentido. Podemos dividir en dos niveles a la estructura de gobierno de la ciudad: 1o) Ejecutivos- Mandos medios Los mismos en general, se vinculan a cargos vinculados al poder ejecutivo o bando político oficial.
2o) Burocracia administrativa. La posición de los primeros en torno a la incorporación de la participación como valor a las gestiones de gobiernos será presumiblemente contraria, tal hecho radica en que esto implicaría una disminución de su peso en términos políticos, ejecutivos, presupuestarios y de controles. En definitiva, la ciudadanía ganaría parte del “hinterland” (Vgr (alemán): Es el territorio o área de influencia.) de poder de estos actores. Por otro lado, las burocracias administrativas tendrán presumiblemente un doble efecto: de rechazo en virtud de que el cambio en el paradigma implicaría cambios profundos en los procesos administrativos, planificaciones, capacitaciones, etc. De aceptación, ya que en el largo plazo la labor de atención, procesos administrativos, etc. se vería disminuida por la creciente autogestión de los porteños.
b) Gobiernos Comunales: Existe una gran incertidumbre respecto a la actitud de los “comuneros” en torno a la mejora en la participación. Si bien las comunas y su forma de gobierno son las expresiones mismas de la descentralización a nivel barrial, las autoridades elegidas en 2011, pertenecen en su mayoría al oficialismo de la ciudad por lo que posiblemente se alineen con las prerrogativas e intereses del GCBA. Pero analizando en su función básica a este nivel de gobierno, el mismo debería ser proactivo en torno a la generación de participación de los ciudadanos de sus comunas, ya que la misma es la que los insufla de sentido. El juego político y el control ciudadano jugaran un papel esencial en este nivel; y también en lo que respecta a sus inicios, para determinar cuál será la dinámica de conducta futura de estos sub gobiernos.
c) Ciudadanos miembros de cada comuna: Los ciudadanos, sus reclamos, opiniones, intereses y miradas reguladoras son el eje de gobernabilidad del nuevo modelos asociativo de gobernanza, por tanto; la participación será promovida en su base por los ciudadanos y movimientos sociales, que buscaran exponer sus puntos de vista y defender sus intereses a través de ellas. Transparentarán y convalidarán la gestión de gobierno.
d) Organizaciones no gubernamentales y universidades: Las ONGs jugaran un rol muy importante en la participación. Ellas, a partir de la crisis de los gobiernos y de los partidos políticos vinieron a suplantar ciertos espacios públicos desprotegidos, como los vinculados a la educación, asistencia social, control ciudadano y a la inclusión social. Por tanto, desarrollan una labor fundamental en la cohesión social a la vez de ser repositorios de conocimientos, conexiones y relaciones con los sectores más vulnerables de la ciudad; donde la acción pública no tiene penetración aun. Por tanto, la participación para ellos sería solo la visualización de un subsistema ciudadano paralelo que se ha venido desarrollando vigorosamente en las últimas décadas. Las universidades por su parte, deberán brindar el asesoramiento técnico, la experticia y la mirada profunda de manera de sistematizar las experiencias y colaborar como núcleo formador de la dirigencia político-social. En este sentido, la participación despierta un espacio de reflexión y análisis novedoso, descubriendo nuevos caminos que conecten a la sociología con ramas tan diversas como la politología, economía, filosofía y tecnología.
2.6 Línea de Base
En base a una serie de informes elaborados por la Red Interamericana de Democracia en 2005 (Estos son los últimos datos con los que se cuentan, por lo que supondremos que se mantiene en la actualidad a falta de fuentes de información más actualizadas. Por otro lado, pone de manifiesto la necesidad de elaborar investigación actual para la Argentina en torno a esta temática, como requisito necesario para poder elaborar mejores evaluaciones y políticas que apunten a mejorar el involucramiento de la sociedad civil a la democracia colaborativa.
), podemos sintetizar una aproximación de la situación actual en CABA en términos de participación ciudadana (extrapolándola de la situación para Argentina). Esta organización elaboro una metodología de análisis y la aplicó para el desarrollo de un Índice de Participación Ciudadana* (IPC). De su análisis extraemos las métricas como un punto subjetivo inicial de análisis.
*Es conveniente señalar que los autores distinguen entre 3 (tres) tipos de formas participativas distintas: - Protagonismo Directo (PD): vinculado a protagonistas sociales y/o colectivos con un proyecto de comunidad definido. Se vincula a ámbitos como partidos o movimientos políticos, ONG dedicadas a temas de incidencia colectiva, organizaciones comunales/barriales, hasta manifestaciones o movilizaciones callejeras. - Opinión y Reclamo (O&R): envío de artículos o cartas a medios de comunicación, con el fin de dar a conocer su opinión, denunciar o solucionar un problema. - Participación Republicana en los procesos electorales (PR): que se vinculan a los clásicos procesos eleccionarios y los nuevos mecanismos de democracia semidirecta.
NOTA: El IPC asigna valores comprendidos entre cero (o) y diez (10), donde: Nivel de Participacion - Puntaje IPC Nula: 0.00
Baja: (0-3.99) Media: (4 - 5.99) Alta: (6 - 9.99) Óptima: (10.00)
Fuente: Red Interamericana para la democracia “Índice de participación ciudadana 2005”, Fundación de Investigaciones Económicas y Sociales (FINES), 2005.
El IPC-ARG es de 4,3 (nivel medio) situándose en penúltimo lugar respecto a los países de la región. Este nivel medio de participación exhibe rasgos bien definidos de nuestra sociedad como:
- La población esta mayormente comprometida con las causas de beneficencia y asistencia solidaria.
- Tiene poco compromiso con las organizaciones en las que participa: se limita a recibir información, pero no participa en la toma de decisiones o actividades ejecutivas.
- Los jóvenes son los que presentan mayor compromiso.
Diferenciado entre sus distintas modalidades la participación nos muestra (véase nota al pie 20): IPC-ARG-PD de 3,2; IPC-ARG-O&R de 3,3 y un IPC-ARG-PR en torno a los 6,7 puntos.
IPC-ARG-PD de 3,2 (Protagonismo Directo BAJO): Dentro de la participación directa las actividades que más son valorados por la sociedad argentina son las vinculadas a las actividades de beneficencia y asistencia; actividades vinculadas a organizaciones deportivas, actividades religiosas y educativas. Un rasgo muy particular que señala el informe nos indica que la ciudadanía argentina en general considera importante como forma de expresión a las marchas y movilizaciones, de modo que la expresión popular se manifiesta directamente y sin intervenciones, independiente del extracto socioeconómico de los individuos tomados en la muestra (abarcando desde reclamos “piqueteros” hasta marchas por la seguridad, vinculadas a sectores de ingresos medios y altos). También se observo una baja expresión directa a través de partidos políticos y sindicatos.
En torno a la intensidad de la participación directa, la misma es baja para la ciudadanía argentina respecto de otros países de la región. Un dato para señalar es que la sociedad entiende mayoritariamente a este tipo de participación como una forma de “involucrarse, interesarse y comprometerse”, seguido de ideas como “ayudar y colaborar”.
IPC-ARG-O&R de 3,3 (Opinión y Reclamo BAJO): La participación de opinión está basada en una gran participación femenina, obteniendo valores por sobre el promedio regional.
En torno grupos etarios de edad se puede observar que la participación más importante la tienen las personas entre 46-55 años con un 55,1%. Los jóvenes no presentan gran inclinación a la participación de este tipo, pero si influyen mucho en las actividades solidarias.
Respecto a aspectos socioeconómicos, se puede observar que la participación ciudadana es creciente junto con los estratos de ingresos. Así, los sectores más bajos tienen una participación estimada en orden al 44,6% del grupo, clase media con 58% y clases de mayores ingresos con un 67,2% de participación. También son las familias de mayores ingresos las que tienen mayor participación en las manifestaciones públicas.
Solo un 4% de la población argentina participa en partidos o movimientos políticos.
2.7 Hipótesis de trabajo: Conducta Oscilante de la participación
Podemos explicar la conducta participativa con el siguiente gráfico, el mismo describe la participación ciudadana a través de algún índice (pudiendo estar elaborado en función de parámetros como: % de padrón que vota en las actos eleccionarios, participación a través de los instrumentos institucionalizados de GCBA, participación a través de las herramientas webs disponibles en página del GCBA, participación en foros legislativos u otros) a través de los últimos años. Presuponemos (A falta de índice similar para contrastar y datos para elaborarlo. Además de extenderse más allá del estipulado por este proyecto
, que ex ante (proyectos de fomento a la participación ciudadana) la participación es baja y muy volátil. La misma no es nula en ningún momento del tiempo, ya que como anticipamos, hay una participación aislada de lobby (ONGs, actores de poder, etc.) que está siempre en movimiento de sus intereses. Los picos se generan en épocas de elecciones (línea roja).
Fuente: elaboración propia en base a Hipótesis de trabajo
Nuestra hipótesis de trabajo, es que con el objetivo de generar una dinámica más favorable en participación, ex post, un proyecto que fomente la construcción de poder ciudadano a través de herramientas web y tecnología 2.0 permitirá sumar la sinergia necesaria para propulsar un nivel de participación más estable y alto (obsérvese la figura, tramo verde). Es decir, nuestro objetivo primario será la disminución de esta brecha.
2.8 Condicionantes del Proyecto
Existirán ciertos condicionantes que tendremos que repasar y evaluar a la hora de poner en marcha la participación democrática teniendo como motor de dialogo a las nuevas tecnologías (TICs) y redes sociales (web 2.0). Tales condicionantes se relacionan con la infraestructura y capacidades tanto a nivel ciudadano como del lado público. Por otro lado, se observa como condicionantes críticos: el nivel de compromiso oficial en asumir la gestión del cambio y la cuestión legal.
Brecha Digital
Establecer en el modelo de gobernanza propuesto un vehículo innovador de comunicación como el que supone la participación a través de las TICs y redes sociales, establecería un perfil de igualdad entre los ciudadanos de países desarrollados con acceso general a medios digitales (tales experiencias podemos observarlas en países como UK, USA, España y otros), pero ciertamente esta no es la realidad de las sociedades de la información latinoamericanas. Como desarrollamos anteriormente, el proceso socio histórico en el cual nos encontramos nos ha dado sociedades con pobreza estructural, desigualdades en la distribución del ingreso y nichos de exclusión social. La Ciudad de Buenos Aires no es ajena a esta realidad, exhibiendo una clara dicotomía que revela tales asimetrías: Norte y Sur de la ciudad, donde tal distribución genera marcadas diferencias en torno al acceso digital. Este rasgo, deberá tenerse en cuenta a la hora de desarrollar un plan de participación digital efectivo, abriendo el camino para aprender de experiencias en otras ciudades del mundo y brindando un campo de cooperación con otros niveles de gobiernos, como el Nacional.
Nivel de RRHH y Capacidades Institucionales
Otro condicionante clave para la participación vía TICs/redes sociales, se vincula en torno a las capacidades del gobierno de la ciudad, co-gobiernos comunales y ciudadanía porteña de absorber y manejar como propio un nuevo sistema de interrelaciones basado en nuevas tecnologías. Transversal a estos actores se hallaran temas vinculados como la infraestructura, formación tecnológica, edad, etc...
* Gobierno de la Ciudad y Comunas: Debieran contar con una infraestructura técnica apropiada, un conectividad plena, una equipamiento eficiente tecnológico logística de homogéneo, una abastecimiento, un capacitado sistema de RRHH, una red de promotores del cambio en los distintos niveles de gobierno y en la sociedad.
o Ciudadanía: se deberá contemplar el nivel de formación tecnológica, las diferencias de asimilación de capacidades por edades y grupos socioeconómicos.
Compromiso Gubernamental y los agentes de cambio
Incorporar la participación ciudadana como eje de este nuevo acuerdo social requiere del compromiso de todos los actores, pero el concerniente al gobierno debe ser aun más fuerte. Este agente debe ser el promotor del cambio, encarando el diseño estratégico y la cultura corporativa de esta “nueva institución”, apoyándose en conexiones de redes entre agentes, la generación de transversalidad y la apuesta a la cooperación.
La cuestión legal
La Constitución de la Ciudad de la Ciudad de Buenos Aires establece en su Titulo Segundo la denominada “Participación Ciudadana”, a los fines de debatir los asuntos de Interés General de la ciudad o zonal. El mismo cuerpo legal establece en el Título Sexto el funcionamiento de las “Comunas” como unidades de gestión política y administrativas con competencia territorial descentralizada. Asimismo establece que las Comunas ejercen competencias de planificación, ejecución y control, en forma exclusiva o concurrente con la Ciudad. Por otro lado, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires ha sancionado la “Ley Orgánica de Comunas” que en su Art. 3 establece que tienen como finalidad “...facilitar la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones y en el control de los asuntos públicos...”; “...promover el desarrollo de mecanismo de democracia directa...” y “...consolidar la cultura democrática participativa...”.-
Como puede observarse, el sistema legal vigente impone al Gobierno de la Ciudad y a sus Comunas la necesidad de ejercer un rol activo a los fines de promover la participación
de los ciudadanos en las cuestiones de interés general, tanto en competencias exclusivas como concurrentes.
Como citar este texto:
Econlink (02 de Dic de 2011). "2 El Diagnostico - Participacion Ciudadana". [en linea]
Dirección URL: https://www.econlink.com.ar/participacion_ciudadana (Consultado el 13 de Mayo de 2021)