La preocupación por la inflación se encamina a la búsqueda de eufemismos, tales como el de "reacomodamiento" de precios. Mientras tanto, el endeudamiento crece y el dólar sigue bajando su cotización
Al momento de escribir estas líneas, el índice de precios al consumidor no ha sido divulgado, aunque se estima que estará entre el 1,1 y el 1,2% para el mes de julio. El diario Ámbito Financiero titula en su tapa que tal incremento es "muy bueno", al tiempo que anuncia para agosto un 0,7%, según algunas proyecciones.
En verdad, la contención de la inflación mediante presiones sobre las empresas y en especial sobre los supermercados, al tiempo que se postergan los ajustes de tarifas de servicios públicos, transportes y combustibles en general, no parece en absoluto ser una buena noticia. Resulta particularmente curioso que se considere bueno encorsetar la presión inflacionaria, cuando en realidad es la demostración de que el problema está más vigente que nunca.
En otras oportunidades nos hemos referido a estos problemas, y hemos cuestionado que se apunte a una economía en crecimiento mediante la utilización de promociones diversas, que no hacen otra cosa que demostrar que estamos ante la falta de inversiones, y por ello es necesario recurrir a esquemas promocionales. Como en aquellas huelgas generales donde la gente paraba por miedo o por los clavos "miguelito" y que los dirigentes consideraban un éxito, y los medios en general avalaban tal postura, estamos ante lo contrario.
El así llamado "reacomodamiento" de precios es, como hemos señalado en anteriores oportunidades, el ajuste de los precios ante la devaluación acontecida y ante la emisión de moneda resultante de ella, desde 2002 hasta el presente. Y lo razonable es esperar que la tasa de incremento de los precios al consumidor se equipare a la de los precios mayoristas, y ambas se equiparen a la tasa de aumento del valor del dólar. El tiempo que tarde en ocurrir tal hecho depende de múltiples factores, tales como el atraso en los precios o tarifas resultante de las presiones o prohibiciones gubernamentales, o la falta de mercados. Nada más.
De manera que hablar de reacomodamientos es hablar de inflación, pero no llamándola así. Y en este marco es particularmente significativa la unanimidad que existe en la calificación.
Mientras tanto, y concomitantemente, se intenta desde el Ministerio de economía sostener un tipo de cambio que se vuelve insostenible. La emisión de moneda para comprar excedentes de divisas y el endeudamiento (mediante la emisión de Lebacs y Nobacs) para sostener el tipo de cambio en valores artificialmente elevados continúa provocando el triple efecto que en otras épocas condujo al desastre: crecimiento galopante de la deuda pública, impulso inflacionario y aumento del déficit cuasifiscal (es decir, aumento del monto que paga el Estado por intereses sobre las Lebacs y Nobacs emitidas).
En esta semana el Central tomó cerca de $ 1.400 millones por Lebacs en pesos y alrededor de 20 millones en dólares. Cabe destacar que esta institución salió a colocar 300 millones en la divisa. Según Martín Redrado, presidente del Banco Central, se absorbieron unos $ 2.000.- millones en total, dado que hubo cancelación de redescuentos por algo más de $ 600 millones, de parte de algunos bancos.
lavagnaRecordamos aquí que el Dr. Lavagna ha decidido dejar de emitir letras ajustadas por CER, de manera que las colocaciones señaladas lo han sido a tasa fija y sin indexaciones. En las colocaciones a 49 días la tasa de corte fue del 5,95%, en tanto que para 175 días se llegó al 7,50%, en ambos casos anual.
Naturalmente que en tanto las expectativas respecto del tipo de cambio sean que se sostendrá o incluso bajará un poco, estas tasas de interés son sumamente atractivas, y al mismo tiempo le bajan una carga financiera al Estado de proporciones, ya que con las letras indexadas se llegará a pagar tasas mucho más altas que las consignadas.
En general los inversores se concentran en los plazos más cortos y rechazan hacer colocaciones en dólares. Cabe decir para terminar con este punto que los vencimientos totalizaban 1.511 millones de pesos.
Digamos que se produce hoy el vencimiento y pago de alrdedor de 1.600 millones de dólares, una cifra importantísima que si se vuelca a pesos puede hacer que baje aún más el tipo de cambio, que se ubica en los valores más bajos en 17 meses. Es por ello que desde el Central se realiza una nueva emisión de Boden 2012 por 500 millones de dicha moneda, que con tasas en torno al 8% anual tal vez despierte un cierto interés entre los inversores.
Por otra parte, en el día de ayer el Dr. Lavagna se reunió con varios economistas del llamado Grupo Fénix, entre ellos Aldo Ferrer, Roberto Frenkel, Miguel Bein y Javier Gonzáles Fraga. Allí quedaron en evidencia algunas cuestiones, tales como los sobreprecios y la demora en las contrataciones de obra pública, mencionados por el ministro, y también los préstamos al campo por parte del Banco de la Nación, que de 12.000 solicitados solamente se otorgó el 10%. También Lavagna consignó que el gobierno está desendeudándose, pese a que la deuda está alcanzando ya los niveles anteriores al default y apuntó a la difusión que le dan los medios al problema inflacionario, que provoca expectativas negativas, repitiendo de ese modo un argumento bastante común en la Argentina de los últimos 60 años por lo menos.
Se habló en esa reunión entre otras cosas de indexar el tipo de cambio, de hacer una canasta de monedas secreta, tipo Singapur, para ajustar el valor de la divisa y se llegó al punto en que el ex ministro Aldo Ferrer propuso lanzar la "fase dos"del plan económico. En fin, las clásicas recetas estuvieron puestas sobre el tapete ante un ministro en general muy prudente que básicamente se limitó a escuchar y a rechazar.
Lo cierto es que como hemos señalado tantas veces, este modelo funciona con un tipo de cambio alto, bajos salarios y atraso tecnológico producto del encarecimiento de las importaciones. La competitividad está pensada en términos de artilugios monetarios para el mercado interno, y tipo de cambio alto para lograr divisas por exportación de productos primarios que dejen una tajada en materia de derechos de exportación.
Justamente en materia de derechos de exportación, el presupuesto 2006 apunta a que las industrias que mejoren sus exportaciones en ese año con respecto a 2005, sufrirían una merma en las retenciones. Cuestión de hacer cuentas, digamos, para tales industrias, si les conviene o no exportar ahora en tanto no tengan cerrados los contratos. Esta baja de las retenciones favorecería especialmente al sector siderúrgico, y también a las automotrices, autopartistas y productores de agroalimentos, que tributan en general el 5%, tasa que se eliminaría para los incrementos de exportaciones medidos por trimestres contra el año actual.
Digamos que ya está vigente la libre disponibilidad de los saldos favor técnicos de IVA por inversiones en bienes de capital.
No hay mayores novedades en la cuestión de las tarifas, y tampoco en las negociaciones con el FMI, excepto que está buscándose el apoyo europeo, o más bien la renovación de tal apoyo, especialmente de Francia, España y Alemania.
Y finalmente, las bondades climáticas han favorecido razonablemente el ahorro de energía (ello amén de los castigos por incrementos en los consumos familiares), mientras el barril de petróleo supera los 62 dólares, récord histórico absoluto.
Buenos Aires, 3 de agosto de 2005
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Como citar este texto:
Héctor Trillo (03 de Ago de 2005). "Tasa General de Precios". [en linea]
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