Aerolíneas y el Club de Paris

Las decisiones tomadas en materia de pago al contado de la deuda con el llamado Club de París, lo mismo que la estatización de las compañías Aerolíneas Argentinas-Austral constituyen decisiones políticas por varias razones que analizamos someramente en este trabajo.

Tanto un caso como el otro venían dando vueltas desde hace tiempo. Muchas veces nos hemos referido a la necesidad de negociar con el Club de París como una manera de intentar insertarse en el consenso internacional de naciones. También dijimos que era necesario (y así pensamos que ocurriría también muchas veces) arreglar las cuentas con los holdouts, por cuanto nos pareció siempre que una cosa sin la otra constituía una especie de renguera que no solucionaba el problema de fondo.

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La presidenta resolvió, de momento, tomar el toro por las astas y cancelar la deuda con el Club de París utilizando para ello parte de las reservas del Banco Central. Es decir, algo similar a lo que hizo Néstor Kirchner con la deuda con el FMI en su momento.

La medida resultó inconsulta y sorpresiva. Tal como parece ser están acostumbrados los Kirchner, las decisiones se discuten en la alcoba, en el Calafate o donde fuere entre cuatro o cinco allegados (lo que Balbín llamaba el microclima ) y colorín colorado. Ni los ministros, ni el presidente del Central, ni los conocidos economistas oficialistas, tuvieron voz o voto. Acá las cosas se deciden al mejor estilo de Carlos V, tan sólo por citar un rey de características omnipresentes y omnisapientes.

A partir del anuncio, las voces más variadas se hicieron escuchar. Muchas a favor, otras en contra. La realidad es que se tomó una decisión política: cancelar la deuda de un saque para que no haya intervención del FMI auditando y fijando condiciones. Y se hizo con reservas y no con fondos del Tesoro porque seguramente éstos, de existir, tendrán otros destinos. Muchos agregaron que tal vez así se abría la puerta a la financiación del tren bala . No sería extraño. Nada es extraño en la Argentina kirchnerista. O todo lo es.

Pero lo cierto es que, lo mismo que ocurriera con la cancelación de la deuda con el FMI, la sensación que deja este tipo de decisiones en los mercados es la de que el gobierno argentino pretende evitar que se lo audite. Teniendo en cuenta entra tantísimas otras cosas el falseamiento consuetudinario de las estadísticas que llevan a cabo las autoridades del INDEC de la mano del Secretario de Comercio, tal razonamiento tiene más vigencia que nunca. En consecuencia por un lado el país hace una pésima operación financiera pagando al contado lo que podría pagar en cuotas a una tasa de interés del 4 o el 5% (contra el 15,4% que se le pagó a Venezuela), y por otro lado se produce un efecto inverso al deseado.

Ello aparte de la utilización de las reservas, que deja desguarnecido el flanco del tipo de cambio de modo que si se produjera una corrida de proporciones, el billete verde superaría largamente los $ 4.- por unidad.

El otro aspecto que mencionamos al comienzo es el de la estatización de Aerolíneas-Austral (en adelante diremos Aerolíneas). Por un lado se han hecho declaraciones de todo tipo en favor de tal estatización, incluso denuncias públicas de vaciamiento que lógicamente deberán ser probadas y hasta el momento no han indicios de que ello vaya a ocurrir. Por otro lado, del proyecto original enviado al Congreso en el que se hablaba de una posible nueva privatización nada queda. Ahora Aerolíneas será del Estado y está prohibido directamente volver a privatizarla. La pregunta obvia que surge es ¿por qué?. ¿Por qué razón alguien se fuerza por impedir que un producto o servicio de características comerciales no pase jamás a manos privadas?. Quien prohíbe algo debería explicar claramente por qué lo hace. Pero no hay una explicación plausible. En absoluto. El argumento de las rutas no rentables y todo lo demás no es suficiente para explicar el por qué de la prohibición, de ninguna manera.

En el medio ha quedado el acta acuerdo firmada por el funcionario Jaime con la empresa Marsans que habla de una valuación de la empresa por el método de los fondos descontados, que es lo que correspondería hacer. Acta y método que seguramente la empresa española reclamará. Pero, una vez más nos preguntamos para qué.

Para poder determinar el valor de una empresa es necesario analizar el contexto en el cual funciona. Y el contexto acá lo determina el Estado argentino. Es el que autoriza rutas, tarifas, subsidios, frecuencias. Es el que dice si alguien está vaciando o no a la empresa. Es el que supuestamente asignará valor sin discusión posible a los activos. ¿Y cuáles son los activos?. Seguramente no los aviones que hace años que no vuelan y que están decididamente obsoletos. No. Los activos son las rutas, la marca, la facilidad de volar y fijar tarifas, el monopolio del cabotaje...O casi.

De manera que acá también tenemos una decisión política. Volver la empresa aerocomercial al Estado porque eso es lo que se desea hacer y se supone, tal vez, que es lo que la gente quiere. Y posiblemente sea así. Si tomamos en cuenta las experiencias de Aerolíneas en manos privadas observamos que no han sido buenas. Más bien fueron malas o pésimas. Pero también es cierto que el contexto general era pésimo a su vez. Tarifas congeladas, precios ascendentes de los combustibles, obligación de volar a destinos no rentables con aviones de gran porte, etc. ¿Todo eso seguirá siendo así una vez que se determine el precio y suponiendo que Marsans lo acepte y no recurra al CIADI?.

En los viejos tiempos Aerolíneas era un virtual monopoiio que fijaba tarifas y autorizaba o no a otras empresas a volar rutas de cabotaje con aviones de gran o mediano porte, pero con las tarifas fijadas por Aerolíneas. Y los llamados Charters estaban prohibidos. ¿Volveremos a eso?

La sensación que nos queda es que tanto en un caso como en el otro se ha obrado precipitadamente, intentando lograr un golpe de efecto, menospreciando el interés económico o financiero en aras de un interés político. Dijimos por qué pensamos eso. Ya estamos viendo las consecuencias del pago al Club de París, que no son para nada las esperadas por los optimistas. ¿Pronto veremos los mismos resultados con Aerolíneas, más allá de aque ahora misteriosamente los gremios afectados han decidido volar e intentan hacerlo a horario en todos los casos pese a la falta de aviones, al mal mantenimiento y a la mala paga?.

HÉCTOR BLAS TRILLO

Buenos Aires, 4 de setiembre de 2008

ESTUDIO

HÉCTOR BLAS TRILLO

CONTADORES PÚBLICOS

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

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Como citar este texto: 

Héctor Trillo (08 de Sep de 2008). "Aerolíneas y el Club de Paris". [en linea]
Dirección URL: https://www.econlink.com.ar/node/1277 (Consultado el 14 de Mayo de 2021)